Vacaciones…
Sí.
Dejadnos repetirlo: Vacaciones.
Nos vamos de vacaciones.
¡Sí!
Ha sido una temporada muy dura. Muy bonita, pero durísima.
De esas que hacen equipo, que unen a las personas que se pasan los días, las semanas y los meses batallando, codo con codo. Pero esta intensidad agota. Satisface subir al escenario, en el Teatro San Pol, y ver la cara de felicidad. Porque esa es la cara que se le queda a los espectadores que vienen a vernos. Cara de felicidad.
¡Echamos el telón y nos vamos de vacaciones!
Eso no se consigue de un modo espontáneo. Ni improvisado. Que hay que tener cintura y reflejos para la espontaneidad y para la improvisación, por supuesto. Pero el día a día. Tu trabajo y y deber como profesional te exige entrenamiento, sacrificio, lucha, equivocarte y volverlo a intentar. Exige plena dedicación para acompasar de modo natural tu cuerpo al de los que bailan a tu alrededor. Hace falta, para eso, tener mucha sintonía, mucha complicidad. Conocernos a la perfección y comprender los diferentes caracteres, las distintas personalidad y las múltiples formas de bailar. De sentir el flamenco.
Y para que todo eso fluya, necesitamos horas, horas, horas y horas de entrenamiento. De ejercicio, de puesta a punto de y de concentración.
Por eso, tras una temporada larga y llena de alegrías, dura y plenamente satisfactoria, Esencia & Raíz echa el telón del Teatro San Pol por unas semanas para irnos de vacaciones.
Para recargar las pilas y volver con las mismas ganas pero con todas las fuerzas del mundo.
Para eso necesitamos, y nos tomamos, unas vacaciones, merecidas, para que todos los cantaores, músicos y bailaores por igual, descansen. Que bien se merecen un poquito de reposo.